Ahora bien, siguiendo con mi rutina me dirijo al baño, y paso a paso me fijo en mis piernas, aquellas largas y fuertes extremidades que me permiten desplazarme con facilidad cada día. Mientas me baño me doy cuenta que tengo un equilibrado tono de piel, una amalgama de tonos trigueños herencia de mi madre.
Al salir de la ducha pongo mis grandes pies sobre una pequeña toalla, veo como delicadas gotas se deslizan por mis largos y delgados brazos hasta llegar a mi subes manos, con las que me encanta crear cosas nuevas cada día.
Comienzo a vestirme y detallo cada marca que fue testigo de juegos, raspones, caídas y demás. Doy una última mirada al espejo, me dio cuenta de que he cambiado mucho en muy poco tiempo y que la imagen que hoy veo cambiara poco a poco hasta que no quede nada de lo que hoy soy.
1 comentario:
Hola Danpoti!
Qué chévere la forma que usaste para escribir algo que para mí fue muy difícil!
Igualitico!
Y esa fotoo.. ujuuuu
Publicar un comentario